Menorca, una colección de calas idílicas en el Mediterráneo

Las Islas Baleares ofrece rincones costeros de incomparable belleza. Entre esos tesoros naturales de la isla de Menorca, sobre el extremo oriental del archipiélago, destacan sus idílicas calas de arena dorada y aguas turquesas, rodeadas generalmente por un paisaje silvestre que enamora a sus visitantes.

Este estado de conservación del litoral menorquín se debe en mayor medida a la falta de un camino que rodee la isla uniendo las diferentes playas que la circunda. Por el contrario, actualmente, el acceso a muchas de ellas es solo a pie o por mar.

Durante las últimas décadas Menorca ha logrado escapar a la burbuja inmobiliaria, razón por la cual tanto el norte de la isla (Tramontana) como el sur (Migjorn) poseen gran parte de su zonas costeras sin urbanizar, ofreciendo playas y calas prácticamente vírgenes, a las cuales se accede recorriendo largos trechos de senderos entre bosques de pinares y barrancos, dejando de lado el acceso vehicular y logrando así mantener estas zonas costeras casi intactas.   

Las calas de la zona de la Tramontana de Menorca son conocidas por su arena de color dorado y grano grueso, como también por su paisaje silvestre y el azul intenso de sus aguas. Recorriendo de este a oeste del litoral norte de Menorca se suceden hermosas calas y caletas, como la de Es Grau y Cala Presili; las calas más cercanas a Port Addaia, como Cala Pregonda, Cala Pilar y Calderer.

Al sur, en el litoral del Mitjorn, las calas tienen otro aspecto, donde predominan la arena blanca y fina, los bosques de pinares y las aguas turquesas. Entre los paisajes más espectaculares del Migjorn destacan Cala Escorxada, Cala Galdana y Trebaluger.

Otras calas imprescindibles de conocer en Menorca son Cala Turqueta, Cala Macarella y la Vall de Algaiarens.