Isla La Graciosa, un verdadero edén costero en Canarias

Considerada la octava isla de Canarias, La Graciosa se presenta como la mayor isla que conforma el Archipiélago Chinijo, un conjunto de islas e islotes que se sitúan al noreste de las islas Canarias, frente a la costa noroeste de la isla de Lanzarote.

Esta pequeña isla ofrece a sus visitantes un panorama de notable belleza, donde deslumbran sus playas de arenas doradas y sus idílicos paisajes solitarios.

La Graciosa mantiene su aspecto agreste casi intacto, una muestra de ello es que no posee carreteras asfaltadas, por lo tanto para atravesar la isla los turistas dependen de dos opciones: alquilar bicicletas o usar alguno de los taxis 4x4 que dispone esta isla sin coches particulares.

Sobre el lado oriental de la isla se sitúan los dos únicos asentamientos urbanos de La Graciosa: Caleta de Sebo y Pedro Barba, siendo el primero un pequeño núcleo donde reside su población principal, y el segundo un caserío deshabitado utilizado sólo en alta temporada de turismo.

Entre las playas de la isla, una de las más destacadas es la Playa de las Conchas, sobre el extremo norte, a cinco kilómetros de Caleta de Sebo, un arenal considerado como una de las playas más bellas del archipiélago canario. La playa de la Concha se extiende a lo largo de 600 metros de arena dorada bañada por las aguas azules del océano, rodeada por el paisaje de la Montaña Bermeja y el islote Montaña Clara.

También sobre el extremo norte se halla la Playa Lambra; esta no es de arena sino de restos de conchas, y también ofrece un panorama espectacular.

Al sur de la isla predominan extensas playas de arenas doradas. Estas playas se sitúan sobre el lado suroeste de la población de Caleta del Sebo (la playa de la Francesa y la playa del Salado) y el paseo debe realizarse a pie, dado que la pista hasta su acceso es sumamente arenosa. Siguiendo el camino, a cerca de una hora de Caleta de Sebo, se llega a la playa de la Cocina, otra maravilla natural con paisajes deslumbrantes, un arenal de 360 metros de largo con una orientación resguardada de los vientos y el oleaje, y con el paisaje de las faldas de la Montaña Amarilla.