Conociendo el litoral de Costa da Morte, al noroeste de Galicia

Recibe el nombre de Costa da Morte la porción costera que se ubica sobre el extremo noroeste de Galicia (España). Esta costa se extiende a lo largo de decenas de kilómetros que cubren la costa gallega de la provincia de La Coruña, y que va desde Punta Roncudo hasta el célebre cabo Finisterre.

Esta accidentada costa es famosa por sus antiguos naufragios, por sus magníficos paisajes y también por rincones costeros de excepcional belleza, como los que se pueden encontrar en las playas de Mar de Fora y O Rostro en Finisterre; Lage, Traba y Soesto en Lage/Laxe y las playas de Trece, Reira, o Ariño en Camariñas. A lo largo de su recorrido, la Costa de la Morte guarda un gran número de playas desiertas, idílicas ensenadas y monumentales acantilados.

El perfil agreste y la fuerza del océano en parte del litoral gallego han desparramado en sus costas numerosos naufragios y tragedias en el pasado, de allí proviene su temerario nombre. También esta costa es conocida por recibir del mar los mejores percebes del mundo, un verdadero manjar de la cocina gallega.

Entre las principales localidades turísticas que se pueden visitar paseando por la Costa de la Morte se encuentran las ciudades de Malpica, Muxía, Camariñas o Finisterre, esta última llamada así por los romanos, debido a que en la época del imperio era el punto donde se acababa el mundo conocido.

Comenzando desde Finisterre, esta parte de la Costa de la Morte cuenta con numerosas playas ideales para la práctica del surf, debido a las condiciones ventosas que provocan un oleaje bravío en zonas como la playa de Mar de Fóra, que se halla aislada y se extiende por medio kilómetro de una franja de arena blanca y fina. Alli es posible disfrutar de espectaculares puestas de sol y disfrutar del sosiego del paisaje costero gallego.

La playa de Arnela destaca por su naturaleza virgen y su entorno rodeado de acantilados, que se alzan a una altura de 130 metros. Otra de las playas que destacan es Langosteira, una playa tranquila de aguas cristalinas que se extiende por dos kilómetros de longitud que bordea en un entorno urbanizado y con un pintoresco paseo marítimo.